lunes, 18 de octubre de 2010

People I


Domingo

07:00 am ...
07:25 am Ya voy, ya voy...
07:45 am ¡Duele!
10:30 am Barrido, trapeado, semi escombrado, la ropa la lave ayer...
11:00 am Café negro sin azúcar y pan con especias, libro, cigarro.
11:30 am Salgo de casa... tengo un poco de miedo, no, miedo no... ansiedad.

Llegue un poco después, mediodía el sol radiante, la gente viendo, platicando, caminando, paseando... camino solo.

Al principio me siento tonto viendo objetos en un mercado de antigüedades, llevo dinero suficiente para darme un par de regalos no demasiado costosos, quizás un oleo, quizás unas mascaras, quizá ese biombo de colores pastel y mujerzuelas al estilo de la movida española... No, demasiado gay... Sigo caminando.

Trato de no tocar a nadie, de que nadie piense que me acerco mucho, trato de no invadir el espacio vital de las personas, de no quedarme mucho tiempo viendo un objeto para no entorpecer el flujo.

Veo objetos nazis, objetos religiosos, libros de los pueblos de Jalisco, libros de superación personal, libros de conspiraciones, libros de ovnis, libros de religión, novelas setenteras que nadie quiere leer, libros de viejas colecciones de bolsillo me llevo dos, libros de Alfagura me llevo uno.

Un cuadro de flores rojas no muy caro no tan bonito, doy las gracias y me dicen que pueden bajar el precio, nunca fui bueno para regatear, un ama de casa con el ojo abierto que me recuerda a El Perro Andaluz de Buñuel seis mil pesos, dos puestos mas adelante el mismo cuadro cuatro mil pesos, cinco puestos mas adelante dos mil quinientos pesos.

Desde que salí de casa sonaba en el ipod Imelda May una y otra y otra vez, cada que pasa Proud and Humble y después Sneaky Freak me da por reír y vuelvo a escuchar el disco. De pronto ya no me siento tan ajeno, un ábaco chino algo madreado (o calculadora manual), cuatro mil quinientos pesos, gracias y sigo caminando, estoy inmerso, recordando, viendo que hay de nuevo y que pareciera que no habían pasado dos años desde la ultima vez que camine por aquí.

Camino y observo los oleos sin mucho interés, esculturas de bronce y recuerdo que no puedo pagar algo tan caro, 50 días de mi sueldo por un bronce no es algo que me pueda permitir, sonrió al vendedor y sigo caminando y de pronto uno, dos, tres segundos, tres latidos de mi corazón conté antes de que pudiera parpadear y desviar mi vista de sus ojos verdes casi grises, él sonrió y siguió tocando el acordeón. Me quite los audífonos, camine unos pasos y a una prudente distancia me detuve a escuchar su canción, sonrojadisimo le sonreí y seguí caminando sin los audífonos.

...



5 comentarios:

  1. Lo demas, esta demas, yo hubiera comprado objetos de poco valor, me recuerdan a los olvidados del maestro buñuel , solo ten cuidado, las antiguedades que andan de pie son presa facil de los coleccionistas virtuosos, no cualquiera se da el lujo de tenerte, sin haber ganado la subasta.

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  2. Rodepe! jajaja te adoro re cabrón smacks!

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